martes, 22 de enero de 2013

Fui a comprar bondiola y traje un DVD de los Stones

Los Rolling Stones cumplen 50 años con la música. Mientras esperamos su visita, tratamos de soportar el calor con sus shows.


Casi sobre el final de la primavera el clima en Rosario se pone algo insoportable. No bajamos nunca de los 25 grados, con la humedad a flor de piel, las calles transpiradas, los ventiladores a full, estamos cansados, con molestias en la cabeza, etc. Sin embargo, hay muchísimas maneras de soportar estas condiciones, al menos, muchas más maneras de sobre llevar bien el calor que las posibilidades de soportar el frío. Ahí no te queda otra: calefacción y mucha ropa.
En uno de esos días insoportables, que pudo haber sido ayer, o antes de ayer, o incluso hoy, el clima me llevó hacia la calle Italia antes de llegar a 3 de febrero, donde se puede conseguir la cerveza más fría de Rosario, y la mejor bondiola de campo de la zona.
“Hola Pá”, saludo habitual del dueño del recinto. Esta vez, además de quien atiende y saluda, hay dos personas más que prefieren no hacerlo. Sobre el mostrador en L invertida, estaban ubicados en la parte derecha, sin decir nada, mirándome, observando mi llegada muy atentos, intimidantes, como pensando en decir algo con la mirada. Una mirada cómplice. Un “yo te conozco” en los ojos.
Pago lo que tengo que pagar y cuando estoy a punto de pisar la calle, sobre mis espaldas escucho “veo que tenés una remera de los Rolling Stones”. Giro sobre uno de mis pies, para darme vuelta y confirmo que el que habló fue una de estas dos personas. “Veo que tenés una remera de los Rolling Stones”, repite, tratando de reafirmar que el siguiente comentario venía en el mismo sentido. “Sí”, le digo. “Es la tapa de “Exile on main street”. Una réplica de la remera que solía usar Charlie Watts en esa gira”.
Apenas termina mi contestación, interviene el alamacenero, casi pisando el siguiente comentario de su amigo, visitante o lo que fuera, tratando de llevar la conversación él mismo, sin dejar que prosigan los otros dos. “Nosotros vendemos películas. Y tenemos el show de los Stones en New Jersey. El del otro día, después de Londres”.
Ahora nos estábamos entendiendo. No lo dudé. Es un show que hasta saqué todas las cuentas posibles para ir. No fui. Tampoco tengo el sistema de cable que lo pasó por TV; por lo tanto, sin dudar, le dije que me lo vendiera. Así que, fui a comprar 100 gramos de bondiola de campo y por sólo treinta pesos me volví con el show de los Stones conmemorado los 50 años con la música a mi casa.
Algunos videitos medio mal filmados por Internet había visto, pero esto, apenas empezó a reproducirse en mi equipo, era fantástico. Buena calidad de audio y video. Y un gran show. Es realmente sorprendente y emocionante ver a los Stones en vivo, a la edad que tienen, con la carretera recorrida, y escucharlos tocar como lo están haciendo hoy, en el 2013. Apenas comienza convencen dos cosas: primero que es un show sin vientos. Rock and roll en estado primitivo. Guitarras, bajo, batería y arreglos de teclado. No hay margen para el error. Algo mal tocado, algo feo, se nota y no lo disimula nada. Ni siquiera hay grandes arreglos corales hasta la quinta o sexta canción. Sólo la voz de Jagger y el apoyo de Chuck Leavell desde las teclas. Y no sólo salen ilesos, sino que nos recuerdan que esas grandes giras, con infinidad de músicos sobre el escenario y monumentales puestas es escena son tan sólo innecesarias. El secreto está acá, en como están tocando ahora, en sus canciones y en sus caras de felicidad. El resto es cotillón. Y eso es la segunda de las cosas que convencen: lo minimalista de la puesta, comparando con las últimas tres giras mundiales que realizaron. Sólo la lengua como escenario que según la iluminación, simula ser el de un teatro, pantalla de fondo y a los costados. Y nada más.
Perdón. ¿Nada más dije? Todo está ahí. Las canciones repasan la historia de los Stones, y en los videos se plantea un recorrido atropológico y visual de sus comienzos. “Get off of my cloud” para empezar. Sigue “The Last Time” donde se ve en primer plano a un Charlie Watts emocionadísimo. Luego el que conmueve es Keith Richars cuando desprende su devoción por Chuck Berry en “It’s only Rock and roll”.
En “Paint it Black” es cuando mi incredulidad ante tanta vitalidad Stone me lleva a pensar quien es el sostén de la banda. Con su imagen en pantalla pienso que es Watts. Y ante tanta precisión me animo a pensar que sería bueno que lleve las cuentas en mi casa. Es en “Gimme shelter” donde entran más coros. La participación de Lady Gaga es excelente. Se la recontra bancó. Parecía drogada de verdad y todo. Y es precisamente ella la que le aporta la atmósfera de los años 70 que tiene el tema, y los Stones la modernidad. Esa chica no pasa desapercibida ni con Keith Richards al lado, y eso ya es mucho. Además, Madonna no la hubiese cantado mejor. Es la mejor versión de la canción con invitados que escuché.
“Wild Horses” y más invitados para “Going down” una canción de Freddie King, por donde pasa John Mayer y Gary Clark Jr sin pena ni gloria. Los Black Keys tampoco se destacan demasiado en la versión de “Who do you love”. Previo a esta canción, una versión tremenda de “Dead Flowers”. Tanto clásico preparó las tablas para los temas nuevos. Con “Doom and Gloom” pienso que es Ron el responsable de la banda hoy.Finalmente, Ron Wood se destaca en los Stones más que los otros. Y Keith Richards esta sensacional. Cuando arranca “One more shot” me dan ganas de abrazarlo y besarlo en la boca. Pero la base y el sólo de Ron siguen destacándose por sobre el resto.
Es el turno de “Miss you” y “Honky Tonk Women”, ya con vientos acompañando. Luego van todos detrás de la batería y espían a Jagger cuando presenta a la banda. Keith es el último, y se queda para cantar “Before they make me run”, una canción fantástica. Y sigue la previsible “Happy”. Tema de su festejado “Exile on main street” que da pie para que haya tres Gibson sobre el escenario y suba Mick Taylor para hacer “Midnight rambler” y dispare las notas con más exactitud dulce y violenta de la noche. Ahora cambié de idea. Es Jagger el sostén de la banda. A tal punto que te dan ganas de advertirle “Para Miguel, que te vas a morir”. Empieza tan bien Richards “Tumbling Dice” que pasa desapercibido Bruce Springsteen como invitado y otra vez cambio de opinión. Es Keith Richards el sostén de los Stones.
Y encima continúan con “Brown Sugar”. Y comienza un menos sorprendente final. Canciones que se esperan con que terminen el show, pero si no las tocarían sería aún más llamativo. “You can't always get what you want” con un coro que sobre el cierre advierte que junto a los Stones pueden destruir castillos medievales. “Jumping Jack Flash” y “Satisfaction”.
Conmocionado, estoy seguro de que el rock de los Stones actuales baja la temperatura y alivia el calor. Saco el DVD, voy nuevamente al almacén y le digo al dueño ya sin los amigos: “Gracias, vos sos el sostén de los Stones”.

jueves, 3 de enero de 2013

ROSARIO MUSICAL 2012


-Che, la verdad que es impresionante la cantidad de bandas buenas que hay en rosario-

El comentario, más allá del grado de subjetividad inevitable, es de lo más acertado del primer día del 2013. Entre abrazos, confesiones de borrachera, deseos de compromiso y preguntas del tipo ¿en el laburo estás bien? cayó esta observación no ausente entre algún circuito de periodistas rosarinos vinculados al mundo musical en su total amplitud. Sin embargo, esto venía de otro lado. Sin especificar, porque no viene al caso (sobre todo porque no se recuerda hora, ni lugar exacto, ni la persona certera) sólo voy a decir que el comentario me lo realizaron en otra ciudad, en otra provincia, no lejana a Rosario, pero si tradicionalmente en intereses culturales mucho más cercanos a donde atiende Dios. 
Se sabe y no es raro que mucha gente indique a Rosario como un lugar donde los buenos músicos salen debajo de las baldosas, o crecen en  el río Paraná. Pero sí, aunque no ausente, es menos frecuente que se los escuche.

El 2012 fue un año de mucha producción local. Y de muy buena calidad. Hay discos realmente hermosos.  ¿A qué se debe? Es casi imposible particularizar casos en unas pocas líneas, y llegar a una conclusión tampoco es tarea pasatista. Porque no se puede. Sí hay algunos puntos a tener en cuenta, por ejemplo, las diferentes plataformas no convencionales de difusión, como también las herramientas de producción de buen nivel que hay ‘a la vuelta de la esquina’. Y también cada vez se escucha menos el “querer pegarla” o “hay que ver si nos produce tál o cuál”, porque sí, por una cuestión que tiene que ver más con el marketing que con querer hacer mejores canciones. No pensar inmediatamente en esto, y aprovechar las anteriores indicaciones tal vez haga que  inevitablemente una escena cultural inquieta, perturbarte, sincera y ecléctica, sobresalga. Hay muchas cosas para seguir mejorando; pero también es un buen síntoma aplaudir lo que se ya está lindo.

Para destacar (sin realizar puestos ni tópicos atrevidos) para los que gustan de las buenas canciones es recomendable escuchar  “Utopía mínima” el hermoso disco de Oscar Favre. También, en un plano más clásico, “Actitud de entrega” de Mauro Digerolamo es muy lindo. Y Degradé tal vez haya realizado el mejor disco de su extensa carrera. En un plano un poco más alejado del rock, “Álamo Blanco” de Julián Venegas es un disco infaltable del 2012. Y corriéndonos hacia un lado más vinculado a lo ‘alternativo’ son hermosos los discos de Alucinaria (La última rotación del sol) de Mi nave (Brillante) y el recientemente editado debut solista de Osvaldo Zulo bajo el pseudónimo Victima del Vaciamiento titulado “Last Chance”. Este material fue editado por el sello independiente Soy Mutante, de activa producción durante todo el año. El mismo sello, entre muchas otras cosas, editó el buen debut de Transformador y también en sus estudios se grabó el disco de Matilda (Las acciones cotidianas), que incluye una canción hermosa llamada ‘Los anónimos’. Y otro sello independiente de la ciudad, Polvo Bureau, sacó el disco de Vuelven de la derrota (No se nota pero siempre hablo de mí) con una canción épica que se llama ‘La canción mis amigos’. Y Carmina Burana otra vez aplicó mágicamente la combustión de géneros tradicionales como el ska-punk-reggae-heavy y editó “Tenebris Carmina In Domina Serpens” con una canción muy buena como ‘Estrella Blanca’. El reggae viene generando un desarrollo sostenido desde hace algunos años, y el disco de Dubies lo demuestra y engalana. Y para los que gustan del rock bien ortodoxo, no dejen de escuchar “Cabeza de Motor”, el primer disco de El Caño.

Sobre fin de año, los adelantos de Dani Pérez, The Broken Toys y de Blizters invitan a entender que durante el 2013 habrá con que sostener el anterior.

La riqueza, la calidad de muchas de las producciones musicales que se editaron durante el 2012, junto con un montón de bandas que no lo hicieron pero fueron protagonistas en los escenarios de Rosario, generan una escena inquieta, diversa, productiva, productora y constructiva.