lunes, 11 de febrero de 2013

Cerca de las nubes, la segunda jornada del Cosquín Rock

Las Pelotas y Almafuerte cerraron el segundo día de festival. También se presentaron Viejas Locas y La Vela Puerca entre otros.


Una voz apareció entre la espesura de gente desplazándose por el predio: “Puedo mirar las montañas hasta el infinito”, dijo. Hipnotizado por la belleza natural de las sierras cordobesas, el dueño de la frase estaba frente al escenario principal, mientras los técnicos sacaban lo que hace unos instantes pertenecía a la banda local Eruca Sativa. Ni siquiera se molestó en moverse cuando los fans de Guasones se trasladaban en masa para presenciar el show que minutos después iba a comenzar. “Dale genio, vamos comprar unas hamburguesas” le dijo su compañero y lo arrastró hacia algunos de los puestos que por treinta pesos calman la ansiedad hambruna. Intenté decirle que en Pancho Berna el puestero puso un cartel que anuncia “Pancho mata Gula” y que tal vez de esa manera paraba de mirar las montañas, pero tal vez sólo fuera hambre y cualquier alimento le venía bien.
De todos modos, es necesario decir que el segundo día del Cosquín Rock 2013 se prestaba para estar horas mirando las montañas, al ser  bendecido por un clima ideal, con un sol poco asfixiante pero bien lumínico abrazando las miles de almas que, a diferencia del día uno, llegaron en cantidad bien temprano al predio. La expedición de la fecha, además de las bandas del principal, tenía como atractivo el escenario temático con heavy metal, donde Sergio Rowek, el mítico baterista de V8, despertaba las primeras emociones metaleras de la tarde. Más adelante el prejuicio trató de impedir que escuchase un tributo a Bob Marley que ofreció Nonpalidece, aunque debo admitir que estuvo bárbaro con un aporte fundamental de todos los invitados entre los que se destacaron el ex Ataque 77 y actual Jauría Ciro Pertusi y Malena D’alessio de Actitud María Marta que se devoró el escenario.
El muchacho con hambre que estaba embobado con las montañas, pensé, a esta altura debe estar con alguna de las barritas de cereal que se ofrecen gratuitamente a todo aquel que las requiera en alguno de los puestos de la provincia de Córdoba. Así como también invitan con agua mineral, fundamental para hidratarse en maratónicas andanzas como la de ayer.
Mientras tanto, en el hangar que hace las veces de escenario temático más chico, la banda cordobesa Rayos Láser daba muestras de que valía la pena pegarse una vuelta y descubrir nuevos talentos. Justo al lado, muchísimos artistas pintaban murales mientras veo que el muchacho fanático de las montañas volvía al principal para escuchar a Catupecu Machu. A las 20:30 hs es la primera de las tres funciones que Fuerza Bruta da por día gratuitamente en el predio, y el que fue temprano seguramente se encuentra en el estado perfecto para ver este tipo de espectáculos. Anoche, con el plus de Catupecu de fondo cuando el audio de la obra bajaba los decibeles.
Muchos esperan a Pity Álvarez y otros terminan de ver a Horcas y hacen tiempo mientras se prepara Carajo en el espacio heavy. ¿En cuál de los escenarios estará el hipnotizado en este momento, que es de noche? En cualquiera de las partes, las montañas ahora iluminadas por la luz de las estrellas, siguen embelleciendo el privilegiado punto de encuentro rockero argentino.
Me quedo cerca de Pity, que contra todo pronóstico da un gran show, apoyado por la incorporación de nuevo guitarrista y bajista. Para sorpresa, en el comienzo interpreta canciones de Intoxicados, y deja pensar en alguna posible vuelta. Luego era el turno de La Vela Puerca, y sobre el final de este show en la carpa reggae Pablo Molina atraía a mucha gente que cantaba sin respiro canciones de Todos tus Muertos, su ex banda.
A metros, Ricardo Iorio daba comienzo al show de Almafuerte, como cierre del escenario temático. Tremenda exhibición de sentimientos, que además de la muy buena interpretación, dejó las perlitas de Ricardo, como por ejemplo cuando señaló “Esta canción esta buena. Pero la hice cuando tenía veinte años menos, y veinte mil esperanzas más” antes de “El Visitante”. Guiado por los horarios, partí hacia el cierre del escenario principal donde estaba la única banda con presencia perfecta en el Cosquín Rock. Trece años para el festival y para Las Pelotas en él. Suena “Día Feliz” y la gente desgarra las gargantas en el estribillo que dice “El dinero de hoy, no te sirve, no importa, no lo verás”, pero son algunas canciones de “Cerca de las nubes” su último disco,  el soundtrack ideal para esta zona de Córdoba. El final del show me encuentra mirando todo el predio con “El ojo blindado” de fondo, apreciando esa belleza natural que lo circunda y pienso en lo relajado y satisfecho que debe encontrase el muchacho del comienzo.

Charly con Serú en la primera noche del Cosquín Rock

Junto a Pedro Aznar y David Lebón repasaron algunas de las canciones inoxidables del mítico grupo. También se presentaron Fito Páez y Cielo Razzo entre otros.


Apenas llegué al predio vi la vuelta al mundo y supe que quería subir al asiento de color rojo. Porque en Cosquín Rock pasa eso. Vas, tal vez con ganas de escuchar a Pedro Aznar, y cuando llegas te encontrás con algún otro atractivo complementario que traslada el apetito de ver un show. Entonces haces la cola. Tardas unos cuantos minutos en llegar a destino. Te ponen todas las guardias de seguridad necesarias, y arranca. Pero, puede que intervenido por algunas cuestiones de superstición, no te toque el color de asiento necesario.  A mí en la primera vuelta me tocó el Verde.  Y quería el Rojo
De todos modos, si algo tiene de  estratégico la vuelta al mundo que hay en el de Cosquín Rock, es la posición en donde está. Si uno se atreve a abordarla, tendrá la oportunidad de apreciar todo el festival, y muchísima de la escenografía natural desde las alturas.
El tema, también, es ir temprano. Con tiempo y paciencia desde allí se pude apreciar absolutamente todo. El hangar entero con heavy metal todo el día. Los patios cerveceros, el ingreso paulatino por momentos, y efervescentes por otro. Las carpas temáticas. El toro salvaje. Las promotoras de todo lo que se te ocurra que hay en la provincia de Córdoba. También se ven las columnas que llevan escrito los horarios de la grilla. Por ejemplo, observé perfectamente mientras escuchaba a David Lebón  justo en el momento que hace “Esperando Nacer”, como un padre sacaba a su hijo del cochecito y lo abrazaba bien fuerte.  Mientras la rueda toma respiro a dieciocho metros de altura, se escucha a David decirle al público “estaba pensando que me podría dedicar a esto. Le doy gracias a Dios por haberme hecho no trabajar” y algunas cosas más que no recuerdo bien porque justo empezó otra vez a girar y tuve que bajar. Hice la cola nuevamente, y lamentablemente agarré el asiento amarillo. Esta vez presté atención al escenario temático. Escuché a ‘Que acelga’ trío punkies arañando lo primitivo que desborda de pasión por lo que hacen. Justo allí, cuando estaba a punto de cambiar de opinión, veo a los músicos de Cielo Razzo salir de atrás del mismo escenario que queda a unos cuatrocientos metros del principal. Iban todos juntos a ver el show de Pedro Aznar. El público lanza el primer OLE OLE del día, cuando termina ‘Mientes’.
Cuando voy por la mitad de la cuarta vuelta arranca Fito Páez. Tal vez, lo mejor del día. Se nota que ‘El amor después de amor’ es un disco eterno. Apenas suena “Trafico por Katmandú” se podían observar miradas cómplices, de un constado al otro del predio, que con un guiño dan el ok a instantes que dominan el inconsciente colectivo de miles de personas. Y también hay dos pibes, que en la parte de “mi vieja nunca nunca los escuchó” se callan y se ponen a llorar.
 Antes de hacer otra vez la cola, giro hacia el escenario temático y escucho que el público canta apasionadamente las últimas canciones del show de Cielo Razzo.  Mientras, en el principal,  empezó Andrés Ciro. Pero me quedo con el otro, porque Edelmiro Molinari toca de invitado con El Bordo. 
La vuelta al mundo deja de funcionar en el momento que Charly García hace delirar a 40.000 personas en el predio del aeródromo de Santa María de Punilla con “Demoliendo Hoteles”. Y luego vienen canciones fantásticas. “Yendo de la cama al living”, “Anhedonia”,  “Ojos de Video tape” y “Eiti leda” entre muchos. Esto nos recuerda a todos que Pedro y David tal vez están todavía en camarines y esperamos una juntada de los tres Serú.  Charly recuerda la falta de Oscar Moro y se unen en el escenario de Cosquín Rock. Pienso en el asientito rojo de la vuelta al mundo que nunca alcancé mientras “Perro andaluz” me dicta “Soy un tonto en seguirte”. Después “Seminare”  y algo más de Charly sólo, pero ya estaba. La emoción superó todos los análisis musicales posibles en la primera noche de Cosquín Rock 2013.

13 años de Cosquín Rock

Es el festival más federal, este año estará Charly, Fito, Lebón, Aznar, La Vela Puerca, Las Pelotas, Catupecu, Babasónicos, entre otros.


El primer recuerdo es Maxi durante las primeras horas de la mañana del sábado 9 de febrero del 2001 en la plaza Pringles, mientras consumía la anteúltima seca, hablando para adentro, casi ahogándose, decirle a Mariano que tenían que salir tipo cinco de la tarde desde la Plaza Sarmiento hasta la ruta 9. Según sus cálculos, tipo seis o siete iban a estar en la ruta, y a las ocho, cuando oscurecía, iban estar en viaje. Efectivamente oscureció, pero no los levantó nadie. Encima, cuando empezó a llover, las letras que decían “A Cosquín” en esa especie de cartel en cartón corrugado que habían escrito con tiza, se borraron rápidamente. Alrededor de las once de la noche un Honda Civic blanco los llevó hasta Marcos Juárez. Los dejó en una estación de servicio techada, improvisado refugio de la tormenta eléctrica. Y Maxi se acordó que allí vivía una ex compañera de la facultad de derecho. Fueron a su casa y a las 3 de la mañana, volvieron a la estación. Cinco minutos después pasó una camioneta que iba a Villa Giardino y los dejó en la puerta de la plaza Próspero Molina, donde se realizaron las primeras cuatro ediciones del festival. Encima, el tipo era Rosarino. Del segundo día sólo les interesaba Pez, así que decidieron quedarse el primero y regresar. Los pasó a buscar durante la mañana siguiente por la YPF que había en la entrada de Cosquín y cuando llegaron a destino, le prometieron una botella de vino Valmont.
Motivado por la experiencia de mis amigos, al año siguiente viajé acreditado, cubriendo el festival para Aire Libre, radio comunitaria de la zona oeste de Rosario. También fui a dedo, pero con menos suerte. A la ida, todo bien. A la vuelta, me levantó una moto en la puerta de Cosquín, y me dejó en la estación de servicio de un pueblo ruta adentro, donde amablemente me adoptaron por tres noche y cuatro días, hasta que un dignísimo camionero tuvo la gentileza de alcanzarme a Rosario.
 
Seguí yendo a casi todas las ediciones, y continué conociendo historias, las cuáles tengo en mi cabeza amontonadas en un cambalache de escenarios y años; como la del pibe que junto a dos amigos viajaron casi mil kilómetros en un fitito y llegaron intactos. Y otras tantas en el plano musical, como la de la banda de Bell Ville que quiso tocar unos temas más y se agarraron a trompadas con la seguridad del show. Como muchas de Charly García: cuando dio un excelente show de cierre, mientras que las gotas caían en forma de lluvia, y más que mojar, golpeaban, justo cuando se despachaba con una versión fantástica del Himno Nacional Argentino. También en el 2004 que llegó tardísimo, por fallas en el sonido no tocó ni tres temas, la gente invadió el escenario tirando los monitores y que se yo cuanto más. Me tocó verlo a Charly con los ojos de ‘no te acerques a mí’ por los pasillos de los camarines corriendo, mientras llevaba una bolsa llena de monedas e insultaba a lo que se cruce. Y luego, ya en la comuna de San Roque, invitado por Pappo.
 
Al Carpo también lo vi, en cuero y descalzo, hablando con los vecinos de la plaza, tranquilizándolos ante la duda sobre el comportamiento de la gente. También al Flaco Spinetta por dos. Una imagen increíble, en la plaza, Spinetta bajando del escenario luego de un gran show, de la mano se su hija Vera, que sostenía un muñeco de peluche. No se me borra la sonrisa de ambos, y Javier Malossetti que venía detrás, secándose la transpiración con una toalla. Y la otra en su última presentación en el festival, en el Valle de Punilla, tocando sentado junto a la batería. El predio inundado de Durazno Sangrando.
 
También recuerdo la sorpresa de ver a Los Natas en alguna de las ediciones. Igualmente a un Andrés Ciro observando sorprendido el despliegue escénico de Gabriel Ruiz Díaz tirándose al público desde tres metros de altura. El actual predio llenísimo coreando las canciones solistas de Skay en el 2011. Del mismo modo se me presenta otra edición, donde a la misma hora en dos escenarios distintos podías elegir para ver a la The No Smoking Orchesta o Viejas Locas. El segundo Cosquín Rock, del 2002, con Pappo’s Blues y Riff la misma noche, por única vez en la historia de la música argentina.
 
En otras ocasiones, se organizaron charlas con inmensos periodistas, informes sobre la UMI (Unión de Músicos Independientes), y tuvieron su escenario exclusivo el reggae y el heavy metal. También tengo presente una charla entre Rocambole y un chico del público: -Hola Mono, ¿hoy exponés en el festival? –No, bueno, en realidad, expongo todo el tiempo- le contestó, mientras miraba el escenario mayor, decorado con el logo del festival que el mismo diseñó. No es casualidad que los Babasónicos, hayan estrenado en Cosquín Rock la canción “Fiesta Popular”.
 
Cosquín tiene esas cosas. Y otras tantas, que tal vez sean sólo datos, pero significativos al fin. Como por ejemplo,  que nunca un festival con estas características duró tantos años consecutivos. También que es el festival más federal, teniendo en cuenta que se transformó en el evento de música vinculada al rock que reúne gente de todos los puntos del país. Para que esto ocurra, además de la oferta musical, también ayuda la escenografía natural. Gracias a las sierras cordobesas, los que viajamos, no tenemos que soportar kilos y kilos de cemento a nuestro alrededor. Además, hoy esta lejos de ser sólo un festival de música. El atractivo pasa por muchos otros lados, tal es así, que es un buen punto de referencia para estar de vacaciones.
 
En este sentido, por ejemplo, este año generan expectativa las tres funciones por día que dará Fuerza Bruta en el marco del Festival. Sobre las tablas estarán: Charly, Fito, Lebón, Aznar, La vela Puerca, Las Pelotas, Almafuerte, Catupecu Machu, Horcas, Illia Kuryaky, Babasónicos, Pastillas del Abuelo, Nonpalidece, Dancig Mood, Massacre, Las Manos de Filippi y muchos más, entre esos, Jimmy Rip, quien fuera guitarrista y productor musical de Mick Jagger en su festejado disco Wandering Spirit.
 
Siempre queda algo por hacer con respecto a Cosquín Rock. Todavía me acuerdo, también, que ni Maxi ni el Gato le llevaron la botella de vino al amable conductor que los llevó hasta Cosquín y los devolvió a Rosario en óptimas condiciones.