sábado, 28 de julio de 2012

Vacaciones de invierno: El Robot Cebamates


El Robot Cebamates es el título de una canción de  Pichi De Benedictis, que se incluyó por primera vez en un disco con canciones infantiles que hizo junto al uruguayo Leo Maslíah. En el año 2008, esta canción le puso título al disco 'El la ciudad de lo niños 2" editado por la editorial de la municipalidad de Rosario, bajo la dirección musical de Ariel Migliorelli. En estas vacaciones de invierno, el mismo Ariel se encargó de adaptar las canciones del disco en un espectáculo infantil, que resultó ser muy conmovedor. La escena esta planteada desde una banda (batería, guitarra acústica, bajo y teclados) que suena a rock. El hilo conductor es tomar mates, y desde conseguir quien cebe, mantienen la atención de los niños con excelentes interpretaciones de canciones "infantiles" de autores como Vinicius-Toquinho, Miliki, Eduardo Mateo y un popurri de Maria Elena Walsh, entre muchos otros.
Terminado el show, entendí uno de los desafíos: los chicos no están acostumbrados a estos shows. Es mucho más fácil atraer a los niños con muñecotes de súper peluche, que con canciones creativas viradas a una musicalidad que no es la natural o común en el consumo diario de los pequeños. En el mismo sentido, culturalmente estos espectáculos no están instalados de manera masiva, por lo que, captar la atención es un trabajo, podría decirse, doble. Con todo esto a cuesta, la obra resulta atractiva, eficaz, entretenida, conmovedora, creativa, y más también. Pasos de circo (dos acróbatas realizan figuras en tela y vuelan con arneses)  una pantalla con animaciones de las canciones, estrellas en el cielo del teatro y burbujas, acompañan a excelentes músicos y animadores de chicos y grandes, convirtiendo a El Robot Cebamates en un espectáculo infantil distinto, y además, el mejor que vi en mucho tiempo.

jueves, 26 de julio de 2012

CAETANO Y DAVID



Me desperté temprano.
8:30, mientras boludeaba con Internet, me encontré con un disco que no tenia idea de su existencia: Caetano Veloso and David Byrne - Live at Carnegie Hall (2012). Lo bajo, y mientras, escucho a mi espalda: ¡¡¡Buhhh!!!. Mi hijo, asustándome, en el papel del fantasma más temible del mundo. Temprano para jugar con los dinasuarios.

-Luca, ¿Qué te parece si compramos medialunas y jamón y queso y las calentamos y desayunamos eso?

-Bueno, pero también naranjas para tomar jugo exprimido. Yo le pongo azúcar.

El disco sigue bajando. Lo visto. Me visto y salimos. Hace frío, y me pide que lo lleve upa. 

(Luego de desayunar)

-Yo me voy a quedar en la pieza, escuchando un disco nuevo.

-¿Es el que te regalé para el día del padre?

-No, lo bajé recién de internet.

-Yo me quedo con vos.

Apago todas las luces de la casa. Nos acostamos.

-Papá, ¿me puedo tapar con algo?

Lo tapo. Lo abrazo y empieza el disco.

-A mí me encanta relajarme así, y escuchar un disco.

-A mí también.

-Prestá atención a la música. Vas a ver que te va a gustar.

-Sí, me gusta.

-Te quiero mucho.

-Yo también. ¿Es en inglés?.

-No, es portugués.

-¿Y que es portugués?.

-Un idioma que se habla en Brasil y en Portugal. El disco tiene canciones en portugués y en inglés. ¿pongo más fuerte?.

-Sí.

(Después de dos canciones).

-Papá…

-…que…

-Si me relajo mucho, me duermo.

lunes, 16 de julio de 2012

Vacaciones de Invierno 1: Largirucho y Soledad


La verdad que por una cuestión…¿nostálgica? uno se entusiasma con esto de mostrarle a su hijo algún personaje que supo entretenerlo en su infancia. Esa, supongo, habrá sido uno de las supuestas buenas ideas para captar público en esta nueva propuesta de Manuel García Ferré, llamada “Largirucho y Soledad”.
Desde el comienzo, se nota que las imágenes y la propaganda turística de San Luis tienen más protagonismo que el mismísimo Larguirucho. El núcleo de la historia se basa en que la bruja Cachabacha esta celosa de Soledad y quiere tener su éxito. En este sentido “juegan” con un estereotipo ortodoxo y cavernario: la bruja es mala y toca heavy metal. Toca heavy metal, en un callejón todo sucio, con botellas vacías, cajones de frutas medios podridos y graffitis en las paredes. Por otro lado, apuestan a un cliché harto usado en muchas películas ATP de los ’80 argentinos: la inclusión de personajes populares y conocidos, con un cariño aceptable por parte de diferentes públicos y edades. Error. Bahh, toda la película es un error. Estos personajes (Diego Capusotto, Carlitos Balá, Guillermo Andino, El Chaqueño Palavecino) no tienen ningún aporte en la historia. Sólo incertidumbre; ¿qué hacén ahí? Y por último el clásico numerito musical, esta vez tiene más protagonismo por ser Soledad Pastoruti uno de los dos personajes centrales de la película junto a Largirucho. Una especie de animadora infantil consagrada, sin onda con los chicos, con una actuación medio pelo, ridiculizada en el vestuario y con un pretendido enganche de canciones para que los niños canten en el cine, cuando la respuesta del público infantil es mirar atónitos la pantalla del cine que rebalsa de sin sentidos. El mal sonido y la imagen cascoteada espero que hayan sido fruto de la casualidad de una mala proyección justo en mi momento en la sala.
Propaganda política, estereotipos en desuso, bastardeo de personajes queribles...Largirucho y Soledad es una porquería

domingo, 15 de julio de 2012

Mejores 5 lentos internacionales


Billy Joel - Just The Way You Are http://www.youtube.com/watch?v=0-VeEB4QsMc
Procol Harum - A whiter shade of pale http://www.youtube.com/watch?v=14ugyXPurGA
Lenny Kravitz - It ain't over 'til it's over http://www.youtube.com/watch?v=TmENMZFUU_0




VOTARIA A DAVID BYRNE (texto del 2008)


-¿Do you like a beer?

-Nou.

Tuve un contacto cercano con David Byrne. Y me enorgullece contarlo. Con mi escaso y precario inglés, pero lo tuve. Fue en el 2006, luego de un recital de La Portuaria, en La Trastienda, Bs As, cuando estos lo invitaron a la presentación de su disco Río. Tengo un amigo que trabajaba en la discográfica de La Portuaria, y me invitó al show. Además, resulto ser que el operador de sonido, y el de monitores de esa noche, también eran conocidos, por ser los dos de Rosario. Ninguno de los tres me prometió conocer a David Byrne, pero después de ver mis lágrimas cuando tocaba “Road to nowhere”, mi amigo de la discográfica me dijo que después del show íbamos al camarín. Y cumplió. Ahí estábamos, entre besos y abrazos en el camarín de La Portuaria, mientras David caminaba de aquí para allá, observando todo. Yo muy asustado. No sabia que hacer. Era David Byrne. El tipo del CBGB. El tipo que compartió noches interminables con Ramones, New York Dolls, Blondie. Unos de los responsables del puntapié inicial del post punk. El tipo que consagró el funk pop. David Byrne, por dios, que cabeza llena de música linda, buena, original, innovadora, jugada. David Byrne, el líder de Talking Heads. Yo lo miraba ir a su camarín y agarrar su propia cerveza. Muy amable el tipo cuando contestó que no a mi pregunta. No es que quería su propia cerveza, sino que no quiso tomar de la mía. Un tiempo atrás, lo habíamos visto llorando unos pocos en el teatro Broadway de Rosario; y ahora estaba ahí otra vez.
En fin, se acaba de editar en Argentina un disco con composiciones suyas para una serie de televisión yanqui. Y también no hace mucho salió su segundo disco en colaboración con Brian Eno. El de la serie no lo escuché; este último es excelente. De todas maneras, toda esta perorata es para comentar un disco de Talking Heads que me compré hace muy poco tiempo. Lo encontré en una disquería de Junín, provincia de Bs As. (los discos de Talking Heads están lamentablemente descatalogados en Argentina). Quién me atendió, confesó que le había quedado de la época en que se editó. Se llama “Speaking in Tongues” y salió en 1983. Es buenísimo. Es música negra, principalmente funk, hecha por blancos, con un horizonte de motivación y gusto de primer nivel. Es bien rítmico. Hasta fonéticamente los temas son funky. Al nombrarlos o leerlos generan una sensación de agradable movimiento corporal: ‘Making Flippy Floppy’, ‘Sliperry People’… ‘Pull up the roots’. Hermoso. Por esos años, los Talking Heads venían de dos años sin grabar, y el último disco había sido un éxito: “Remain the Ligth”, con canciones como ‘Once in a life time’ y ‘Crosseyed and Painless’. En este caso “Speaking in Tongues” nos introduce de lleno en el pop bailable de los ochenta estereotipados (pistas de baile con humo hasta los tobillos, bola espejada, anteojos negros de marco ancho, camisa con solapa ancha y sobretodo gris pasando las rodillas) pero, insisto, con un espíritu funk increíble. Y hay temas muy destacados: ‘Sliperry People’ tiene sintetizadores en clave cumbia, un coro gospel y castañuelas, más un estribillo desafiante en su letra y su canto. ‘I get wild/wild gravity’ es un reggae dub fantástico y ‘This must be a pleace’ es sencillamente hermosa; plagada de teclados y sintetizadores que traducidos en una simple guitarra develan una melodía súper sensible, bien cantable. Y los coros del último fragmento de la canción tienen un muy bien 10 te felicito. Bueno, ni que hablar de la primera canción, el clásico ‘Burning down the house’. Un músico invitado aporta la tónica fundamental del ritmo en todo el disco: Bernie Worrel en los sintetizadores, por esos días integrante de Parliament Funkadelic.
Hablando de invitados, y retomando la figura del líder, pienso que David Byrne se sabe acompañar muy bien. Sabe elegir su equipo de trabajo, y cuando trata ritmos que no le son naturales, busca los coequipers perfectos para la ocasión. Aparte del ya citado Worrel para profundizar el funk, ha sabido codearse con músicos como Celia Cruz, Hebert Vianna y Willie Colón para explorar ritmos latinos en su excelente disco solista, “Rei Momo”, de 1989. En este sentido, mirando un programa de TN, en plena campaña política, le estaban haciendo una entrevista a Hermes Binner, actual gobernador de Santa Fe, donde se planteaba el tema de ser o no ser progresista en términos políticos. Me di cuenta que en un porcentaje amplio de mi vida pienso en términos musicales, cuando llegué a la conclusión que David Byrne es el ejemplo perfecto del músico progresista. En términos de ir para adelante, de pensar para adelante. Además de innovar hasta con músicas conocidas en diferentes partes del mundo, ser pluralista con ritmos multirraciales y explorarlos sin prejuicios. De sumar gente que aporte a la causa musical si es necesario. De no ser obsecuente con una línea tradicionalista en su música, y sin embargo, perseguir un objetivo claro. Supongo que el de ser honesto, musicalmente hablando.
Que lástima que no se postule. Que bueno que siga sacando discos.

Los 5 mejores temas del rock que no molestan a nadie (bloque contradictorio)

Dire Straits - Sultans of swing  http://www.youtube.com/watch?v=iebu-oCTdI8

Supertramp "The logical song" http://www.youtube.com/watch?
The Beatles - Obladi Oblada http://www.youtube.com/watch?v=pJhcGepfG04
The police / Every breath you take http://www.youtube.com/watch?v=qa9B7ryenGY
Stevie Wonder - I Just Called To Say I Love You http://www.youtube.com/watch?v=bGXlnfKjrBg&feature=related







martes, 10 de julio de 2012

EL ROCK DE HOY HACE NADA


-Te digo posta. Yo con mi hijo me doy cuenta qué sigue funcionando del rock y qué no. Y ya casi no funciona nada.

-No sé. Para mi estas exagerando. Tu hijo tiene dos años, no puede ser parámetro de rock.

-Pero hay cosas que sí. Mirá, para mí, eh, para mí, muchas cosas del rock, si no asustan a niños y a viejos, no sirven. No funcionan más. El rock tiene que incomodar, sino, no funciona. Es otra cosa. Qué sé yo, otra cosa…

-¿Otra música?...

-No…otra música no. Pero, viste, pierde su esencia si no molesta a nadie. Los rockeros cómodos es como que no son rockeros. Son medio giles, qué sé yo. Si tu papá cuando te agarra con un pucho la primera vez, te da fuego, no fumás más. Es así. Bueno, con el rock pasa lo mismo. Si no incomoda, no funca. Lo de ahora es rock por estilo, pero le falta todo eso que lo desacredita.

-¿De verdad te parece eso? A mi me gusta que el rock sea familiar, que lo entiendan todos. Que se escuche rock en todos lados y a toda hora.

-¿Qué?, ¿estas loco?, ¿Cómo va a ser familiar? Para que haya rock tiene que haber un padre que lo rete al hijo por cualquier cosa. Si no, no hay rock. Hay otra cosa. Y si el rock se escucha en todos lados a toda hora, ya no es rock, es otra cosa. Linda, pero otra cosa.

-Pero vos sos un gil, medio obsoleto y contradictorio. Si me estas diciendo que con tu hijo ves si funciona o no el rock, quiere decir que ya le estás metiendo rock en la cabeza, algo que no sé si está bien…

-Disculpá que te interrumpa, pero eso que decías hace funcionar al rock como se debe…

-Aguantá; te decía que si a tu hijo ya le metes rock lo estas compartiendo. Y así se rompe la cadena de supuesto verdadero rock que vos decís.

-Yo no te dije que lo compartía. Te dije que me daba cuenta qué funcionaba con los viejos parámetros del rock y qué no. Lo uso de prueba a mi hijo para ver si el rock sigue funcionando o no. Y no funciona, casi nada.

-El otro día me decías que el punk rock no funciona más…

-Y claro. Por lo menos el tema de la cresta, los jeans rotos y todo ese rollo. Fue un toque nada más. Se agotó y punto. Quedaron las canciones y algo del mensaje, que ya se está agotando en otra estética más concheta. Pero eso de la cresta ya no asusta a nadie. Y lo comprobé con mi hijo. El otro día nos pasó por al lado nuestro un pibito con cresta. Horrible cresta, esas paradas con plasticola, y mi nene ni se mosqueó. Es lo que te digo, ya no asusta a nadie, no le llama la atención a nadie la cresta y la campera de jean con las mangas cortadas con la A de anarquía en la espalda. Entonces no funciona más. La función que tenía, de llamar la atención, de romper con una estética determinada, ya no la cumple, porque esta todo el tiempo entre nosotros. Ya es masivo y aceptado. Entonces ya fue. El discurso primario no se sostuvo, se fue para otro lado…

-…pero no podés desechar, así porque sí, una cosa que generó todo un movimiento porque a tu nene no le causó nada…

-No, ya sé. Pero…pero mi nene es una demostración para confirmar algo que ya pensaba. El rock de hoy no hace nada a nadie. Es apto para todo público. No molesta. Lo ponen en una AM a la mañana mientras hablan bien de los políticos de derecha. Y hay otro rock, el verdadero, que sí hace algo todavía. Por ejemplo, cada vez que me pongo los auriculares para escuchar música él me los pide.

-¿Quién?

-Él…mi nene, ¿de quién estamos hablando?

-Ahh, ahh, ok.

-Y el otro día tenía en el discman a Black Sabbath. Me los pidió y se los puse. Al minuto me los devolvió y me decía “miedo papá”. Listo. Funcionó. Black Sabbath mete miedo todavía.

-Vos sos medio pelotudo… ¿Cómo no le va a dar miedo si tiene dos años?

-Bueno, pero el punkito ni le llamó la atención. Kiss por ejemplo. Por Youtube el otro día estaba escuchando “God gave rock and roll to you”. Y él estaba conmigo mirando y no le pasaba nada. Pero nada. Y claro, ese Kiss no hacía nada. La canción es linda, pero no dice nada de nada. Y le puse “God of Thunder” en vivo. Tendrías que ver la cara y el grito que pegó cuando vió a Gene Simmons escupir sangre y tocar esas notas en el bajo. Re contra miedo le dio. Y funcionó. Ese Kiss sigue funcionando.


-Vos nos sos pelotudo, sos recontrapelotudo.


-Y eso que no le conté que pisan pollitos, sino, pobre, se iba a largar a llorar.


Foto: Paulina Scheitlin

DE BIGOTES, CARAS Y LOGOS


-Tampoco es cuestión de que apenas llegue me diga buenas tardes, y luego, automáticamente me señale el sillón. No puede ser tan amargo.

-…

-¿Tiene hijos usted?

-…

-Pero como puede ser. ¿Respira usted? A veces pienso que ni me escucha. Y que en esa libretita que tiene ahí, hace que anota, y que en realidad hace dibujitos. No sé, caras con bigote. ¿Le conté que tengo una obsesión con los bigotes, no?

-…

-Sí, eso fue la semana pasada. Para mí que esta dibujando caras con bigote. O peor. Para mí que dibuja las caras de todos sus clientes…

-…pacientes…

-Ahh buehhh, el señorito me corrige cuando se siente afectado en su profesión. Ahora, cuando le cuento algo y el afectado soy yo, ahí se queda bien calladito. Le decía, antes que me interrumpa, que para mí usted dibuja las caras de sus, pacientes, y les pone bigotes. Yo hacía eso en la escuela.

-….

-Le ponía bigotes a caras que no lo tenían. Principalmente a músicos que me gustaban y no tenían bigotes. ¿Se acuerda que le dije que a mí los rockeros que más me gustan tenían bigotes? Bueno, no es tan así. Es más un deseo que una realidad…

-nnnnn

-….porque yo lo que quiero es que la gente tenga bigote. Sobre todo los músicos. Y si no tienen bigote, se lo pongo. Es una costumbre que tengo desde chico. Agarro el diario, y el pongo bigotes a todo. Una vez le puse bigotes a Hilda Lizarazu, en la tapa del disco Perro de playa, de Man Ray. Pobre Hilda, la arruiné…

-….

-…ja! igual, la que más me acuerdo fue cuando le puse bigotes a la tapa del primer disco de G.I.T. Willy Iturri se parecía a Kevin Bacon.

-…

-De todos modos, después se me fue un poco lo de los bigotes. Más que nada ahí dibujaba logos de grupos. O los nombres de las bandas con la tipografía original. La más jodida para mi era Metallica…

-…

-…la M y la A hasta el día de hoy que no me salen doctor. Y eso que sigo intentando. Las de Maiden me salían bien. Y aunque usted no me lo vaya a creer…

-…

-…las de Soda Stereo, las letras esas que usaron en el disco Doble Vida, nunca me quedaron bien. Me salían medio chanfleadas. Un garrón. En la carpeta de tercer año tengo todas las hojas escrachadas con esas letras chanfleadas.

-nnnnn

-Y después, con la lenguita, que manera de renegar. Hoy mismo, no me sale ni parecida. Yo con mi hermano, dormíamos en una cama cucheta. Yo en la de abajo, y los tirantes de la de arriba eran mi borrador. A lo largo todo lleno de lenguitas. Ni una estaba bien. Mirá que sigo intentando che, pero no hay caso…

-….

-…y vió que Los Ratones le copian todo a los Stones. Bueno, yo soy igual de gil. En una época se comentó que la lengua la hizo Andy Warhol, cosa que no es así…

-…la hizo Warhol…

-…no se meta tordo, que usted de rock sabe menos que yo de…

-…la hizo Andy Warhol….

-…Warhol no la hizo, usted se comió un buzón, la hizo un inglés, John Pasche. Y para mí que Los Ratones se comieron el mismo buzón, y le encargaron un logo a Marta Minujín. Ella hizo el logo del ojo. El de Marta no me costó tanto como la lengua, hoy me sale por ejemplo. Al final, creo que los logos me gustan más que los bigotes.

-…

-…o sea, no se puede comparar, como le decía la semana pasada, el bigote de Lemmy con el logo de Motorhead. Una vez Pappo contó que él le mostró el logo de Motorhead a un sobrino, antes que la banda grabe su primer disco. Porque Pappo parece que tocó en Motorhead…el muñequito ése de Pearl Jam también esta bueno para dibujarlo…

-nnnnn

-…de última, qué sé yo, es un nenito medio desdibujado. Jodido es ese pescado de Pescado Rabioso. Y hay un montón que nunca intenté, el de los Ramones por ejemplo. El de Aerosmith tampoco.

-….

-…¡¡¡La tipografía de The Who!!!!, ¿como nunca la hice?, que boludo, y yo perdiendo el tiempo con los bigotes…la de Kiss, esa es fácil y fea. Lo que pasa que tampoco tienen necesidad de crear un logo que quede en la mente, porque ya ellos te quedan. Los disfraces esos no te los olvidas más. Vió, eso también. A otros rockeros, durante un montón de tiempo, en vez de ponerles bigotes, les ponía la cara de los Kiss…

-nnnnnnn

-…..¿viste la tapa de Billy Bond y la pesada?, esa que esta la cara del Bondo con todos los nombres de los músicos, bueno, a esa, le puse la estrella en el ojo.

-……

-…y al primer disco de Soda Stereo, los dibuje arriba a los tres. Zeta el murciélago, Cerati la estrella y Charly el gato….

-…..nnnrrrrrrnnrrrr

-…divina me quedó. Doctor, doctor, ¿se esta durmiendo?

-Para mí que usted tiene una crisis de personalidad, manifestando todo el tiempo un inconformismo evidente, por ejemplo, tratando de poner cosas en los lugares donde no pertenecen. Como es el caso de dibujar en los tirantes de la cama. También, cómo no, ponerle bigotes a las caras que no los tienen. Y también ver la cara de los integrantes de Kiss en otros músicos que no son los de Kiss. Más allá de los mecanismos del sueño, la deformación de las caras que usted manifiesta empíricamente en las tapas de los discos o en un papel borrador, se debe a una pulsión inconclusa. A un deseo, tal vez oculto, que por oculto no pudo ser cumplido.

-¿Usted es medio pelotudo doctor? 

LAS CANCIONES SON EXCUSAS


Tipo siete de la tarde de un sábado del 2010 le abro la puerta a Daniel. Nos juntamos a tomar algo y charlar, como habíamos quedado. Le ofrezco cerveza, y destapo una Imperial tres cuartos, “la mejor que existe”, declaro terminante. Cuando pasa más o menos una hora, pasamos a la cocina a picar algo, y de pronto, le empiezo a pedir a mi cuerpo que deje de tomar alcohol. Le explico a Daniel, que ya no sé que hacer. Me siento lleno de líquido, la cabeza pesada, los brazos dormidos y con poco hambre. Amplío y le cuento que cuando me pasa esto por lo general me agarra un ataque de dulce. Pero igual las ansias de salado son mayores. Menos frecuentes, pero mayores. Pero ese no era el día. Le cuento que lo de beber casi no puedo controlarlo, y le explico que el casi es porque me doy cuenta de la frecuencia progresiva con la que subió el consumo. Y ahora ya no sé que hacer. Llegan las siete de la tarde y me aburro si no tomo algo. Y a veces el aburrimiento llega antes. Incluso algunos días al mediodía. Primero, le digo, era el estereotipo: los domingos a las siete me aburría. Ahora es de lunes a sábado. Los domingos el cuerpo descansa, salvo que el lunes sea feriado. Mis pensamientos son los siguientes: ¿Por qué sí tomar un domingo que el lunes es feriado y un domingo normal no? ¿Por qué el cuerpo se repugna menos si mañana es feriado? Esos parámetros, creo, son los que me dan la pauta de que algo no está bien.
La cosa es que no doy más, le digo. Un whisky ya no me hace nada. Y lo más llamativo es que mi vida funciona bien así. Mi trabajo, mis pensamientos, mi cotidianeidad funcionan bien así. Al menos de eso me estoy convenciendo. Le cuento que la gente que está a mi lado ya no me dice nada de mi aliento. Supongo que por temor a que me enoje. No tengo reacciones violentas, nunca las tuve. Creo. Pero no me gusta que me molesten. Y para mí, que alguien me diga que tome menos o que tengo olor a alcohol, es una molestia insoportable. Alguién me hizo ver una vez que si yo soy eso, esta bien de cualquier manera. Fue en un show de los Ratones Paranoicos. Le pedí un chicle a un conocido antes de irme a mi casa porque tenía olor a vino. Y la respuesta que conseguí fue una pregunta: ¿te da vergüenza tener olor a vino? El cuestionamiento no surgió de alguien que tomaba, pero sí de alguien que se hacía cargo de lo que era. Y este proceso de reconocimiento de lo que soy, básicamente un proyecto de alcohólico conciente, no me duele, pero me pone en duda varias cosas. Me hace más inseguro. La inseguridad pasa por no saber qué elegir. “O el alcohol o las otras cosas”. La elección pasa, porque a este ritmo, no queda otra que llegar a eso. Y bien sé que tengo que elegir antes de que sea tarde, y que mi cuerpo elija por mí. En este sentido, mi mente ya no tiene secretos. Sé muy bien que no esta nada bien.
Sin embargo, sigo tomando. Y todo lo pienso en relación al alcohol. Las canciones, los shows, las comidas y salidas familiares, las películas, las reuniones con amigos. La panza, la panza me hace un ruido increíble. Pequeños truenos permanentes. Andá a saber que carajo pasa por ahí. Y estoy preocupado por no tener el hígado graso, así no tengo que dejar de tomar. Bueno, el tema [es] que ese día de reflexión/confesión con Daniel, por ahí andaban las canciones. Cada vez que comenzaba con unos tragos, era por alguna canción. O al menos esa era la excusa. Muchas veces las excusas eran logros deportivos. Pero últimamente mis equipos no andaban bien. Y ahí estaban entonces las canciones. Esa semana que me junté con Daniel se me había metido en la cabeza una canción de Sandro que grabaron Los Fabulosos Cadillacs; esa que dice “por ese palpitar…” Y con los violines de esa canción me daban ganas de chupar. Y después de todo lo que veníamos chupando, me tomé un whisky. Qué lindo. Lo saboreaba. Hacía sonar los hielos. Miraba la botella. La estudiaba, leía las proporciones del contenido y la descendencia de los creadores del Jim Beam etiqueta negra. En la parte del estribillo, cuando dice “tus labios de rubí” cerraba los ojos con la cabeza hacia arriba, como mirando el techo, con los labios apretados y el brazo izquierdo hacia delante, sujetando bien el vaso. Parecía gritar un gol en silencio. Después lo miraba a Daniel, y le decía “qué temazo”. Y sí, en esas circunstancias, la canción era linda. Después de la quinta escucha consecutiva, había dejado el whisky y pasado al Gin Tonic, porque creo que no me cae tan mal. Y le pegué ‘Soul Kitchen’ de los Doors. Nada. No pasó nada. Tranquilo escuchaba, parecía pensar, y en ese pensamiento siguió el disco entero de los Doors.
Cuando terminó el disco, dije que tenía ganas de escuchar “un temazo de Spinetta” y puse ‘Todos estos años de gente’. Le digo a Dani que es la mejor letra testimonial que escuché en mi vida, y aclaré que es la mejor que escuché. Porque después hay canciones que las leés y no es lo mismo. Y le agregó que me parece que La del abasto, de Luca, es mucho más fea que esta. Después fuimos a la compu y pusimos en youtube esa canción de Spinetta, y vimos un montón de videos: en Rosario, en el Personal Fest, en no se sabe dónde, y hasta en “La TV Ataca”, el programa que Pergolini tenía en Canal 9 los domingos a la noche en los primeros noventa. Esa versión es buenísima, parecida a la original del disco La La La, porque está con Fito Paéz. Spinetta y Fito, juntos, en el ‘92 un domingo a la noche en la televisión haciendo “Todos estos años de gente”.
Nos quedamos callados por bastante tiempo. Un poco en pedo, otro poquito pensando. Era de día al otro día, y salgo a abrirle. Durante todo el trayecto del pasillo a la calle no dice nada. Abro la puerta, me saluda, y cuando me estoy yendo me pregunta qué mierda pasó después, en los ’90. Y yo le juro que no voy a tomar más.